En la práctica artística, cada material posee una historia única que habla de cambio, transformación y efimeridad. El fermento, invisible y pequeño, es el primer paso en la creación del pan. Su acción lenta, casi imperceptible, es el símbolo perfecto de cómo el arte también necesita tiempo para madurar, para que las ideas tomen forma. Así como la levadura trabaja pacientemente en la masa, el pensamiento y la inspiración de quien crea se expanden con cada nueva capa de reflexión, hasta que la obra final emerge, completamente transformada.

Como el pan, la obra de arte se transforma con el tiempo: se consume, cambia, se desvanece. El papel, aunque más duradero, también guarda huellas del paso del tiempo. En su fragilidad se revela la esencia del arte: un acto vivo, en constante renovación.

Fermento es una exposición colectiva que reúne a diez artistas de Canarias cuyas obras giran en torno al papel como espacio de creación, investigación y resistencia. Un soporte que ya no es solo preparatorio, sino protagonista del proceso artístico.